19/12/2013

¿Que es violencia doméstica?

Cuando hablamos de Violencia Doméstica (VD), hablamos de  abuso de poder  en el ámbito de una pareja (o ex pareja) en la cual uno de los componentes de la pareja (en general, el hombre) esta dispuesto  a “cualquier cosa”, utilizando “cualquier pretexto” para establecer, afianzar, fortalecer su poder sobre su (ex) pareja. Decimos entonces que hay un desequilibrio, o asimetría, en la pareja al nivel del poder. La determinación de la persona violenta para imponerse y hacerse dueño de la vida de la otra persona, con el control, el aislamiento, los celos, puede llegar a golpes, insultos, humillaciones, violaciones y hasta la muerte.


Si bien toda la familia sufre de esta situación, solamente la persona que actúa de forma violenta es responsable de los actos de violencia. Nada justifica la violencia.


No estamos hablando entonces de un “desencuentro” en  la pareja, de un “problema de comunicación”, de una pelea porque los dos quieren tener la razón sobre un tema definido, en un contexto puntual. Eso lo podríamos llamar conflicto conyugal, problema familiar, quizás violencia cruzada, y por supuesto en semejante situación es importante que la pareja aprenda a resolver sus conflictos a través de la negociación y no del hacer daño al otro.


Cuando hablamos de violencia doméstica hablamos de delito y de atentado a los DERECHOS HUMANOS.


El impacto de la  VD es grave y preocupante porque en la medida que la persona violenta se arregle para naturalizar la situación , utilizando varias estrategias y manipulaciones para que su pareja no pueda salir del “ circulo”.. A medida que se repite y repite la situación de violencia en el tiempo, la vida de la victima está realmente en situación de muy alto riesgo.


En mayo de 2010, son 20 mujeres o niñas muertas por violencia domestica en Uruguay.


Si bien podemos considerar que existen situaciones que vulnerabilizan la familia (como la situación económica, falta de trabajo, problemas de vivienda, el estrés, el consumo de drogas o de alcohol), no son estas situaciones las causas de la violencia. La violencia doméstica echa sus raíces en una cultura machista que hoy en día, todavía, justifica que el hombre use de su fuerza para ocupar , en la pareja, el lugar del poder, de decisión, de “ jefe” de familia, cuando todo (educación, mandatos sociales de género, proceso de socialización), condiciona a las mujeres a ocupar un lugar de sumisión, valorando en ella la abnegación, la paciencia, el dedicarse al otro, el cuidado de la familia a costo de olvidarse que es tambien PERSONA .


No nacemos violentos, lo aprendemos y como se aprende se puede desaprender. En el mismo sentido las mujeres pueden  aprender a ser asertivas, a hacer valer sus derechos, sus espacios, sus proyectos personales. Hombres y mujeres podemos aprender a vivir relaciones amorosas de igual a igual, con respeto y confianza mutua, siendo esta la mejor forma de “prevenir” la emergencia de la violencia en el noviazgo y la pareja en general. Hay un largo camino para este trabajo de cambio cultural  y pasa por la cotidiana más pequeña y  una educación no discriminatoria tanto de los niños,  como de las niñas. 

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